Un estudio sobre el concepto coloquial e histórico de una superstición y creencias de la época que trasciende a través de los tiempos. Durante mil años el único médico del pueblo fue la bruja. Los emperadores, los reyes, los papas, los más ricos barones tenían algunos doctores de Salerno, moros o judíos, pero las masas populares de todo Estado, podemos decir todo el mundo, no consultaban más que a la saga o comadrona. Si esta no curaba, la injuriaban y la llamaban bruja. Pero, generalmente, por un respeto mezclado con temor se la nombraba Dama buena o Bella dama (bella donna), el mismo nombre que se daba a las hadas.