En este breve, pero sustancioso texto, el autor sabiamente señala, lo que él considera una doctrina para llevar una vida tranquila y sana. Sus atinadas observaciones y sugerencias están dirigidas a lograr la tranquilidad espiritual, así como la felicidad, a través de las experiencias espirituales de las antiguas tradiciones orientales (tibetana y budista zen) y de los estudios místicos sufíes y judíos. Reseña sus ideas sobre el amor, las relaciones humanas y la muerte. Su obra refleja un intenso análisis y reflexión acerca de la conciencia humana. Ha sido guía espiritual para quienes buscan su identidad.
Una de sus sabias frases dice: “El viaje espiritual es individual, muy personal. No se puede organizar ni regular. No es cierto que todo el mundo deba seguir un camino. Escucha tu propia verdad”.